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Iglesia trabaja en una ley para frenar casos de pederastia en Colombia

La norma obligaría a los obispos a denunciar los casos ante la justicia.

Por:  REDACCIÓN VIDA DE HOY
eltiempo.com
10 de Febrero de 2013

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12587455

on total discreción, los 86 obispos y arzobispos del país congregados en la asamblea plenaria que tuvo lugar esta semana en Bogotá abordaron un tema que le preocupa a la Iglesia católica: los casos de abuso sexual a menores cometidos por sacerdotes.

La discusión tenía como fin la promulgación de un decreto sin precedentes –enmarcado dentro del Derecho Canónico–, con medidas orientadas a evitar estos abusos y con un protocolo para cuando las autoridades eclesiásticas tengan sospechas o la certeza de que algún religioso está implicado en un delito de este tipo.

Aunque debido a la complejidad del tema no hubo consenso entre los obispos, y el debate –llevado a cabo a puerta cerrada el viernes y que quedó aplazado para la asamblea próxima – se realizará en julio, el TIEMPO conoció los lineamientos básicos del texto, que se está trabajando por indicación expresa del Vaticano.

Pese a que, según el Episcopado, en Colombia los casos de sacerdotes implicados en abuso sexual son muy pocos en comparación con otros países, “un porcentaje nada representativo dentro del total que cumplen su labor con pulcritud”, la filosofía del nuevo decreto es de tolerancia cero y de minimizar riesgos.

Para ello, la norma en discusión contempla como uno de sus principales puntos la instrucción de que los obispos pongan los casos de abusos sexuales a menores en conocimiento de las autoridades civiles, con el fin de que estas se encarguen de realizar las investigaciones de rigor y de establecer la responsabilidad del señalado.

Ese es uno de los aspectos más delicados de la iniciativa, pues los jerarcas tendrían que denunciar a los religiosos bajo su cargo, lo que se constituiría en un espinoso pero importante paso del clero en la lucha contra la pederastia.

Hasta ahora, la mayoría de estos casos han sido manejados por la Iglesia con secretismo, y su intervención ha consistido, según reconocen las mismas autoridades eclesiásticas, en darle acompañamiento psicológico y espiritual al sacerdote implicado. También es común el traslado de parroquia. Estas medidas tienen duros detractores, que las califican de “encubrimiento”.

El borrador de la nueva ley también contempla un capítulo dedicado a la prevención. En este se reglamentaría el trato que los sacerdotes deberán tener con los menores que participen en las actividades de la Iglesia, como los monaguillos y los catequistas. Además se establecería la supervisión de los padres o de algún mayor de edad, para las actividades religiosas que impliquen la presencia de niños.

La prevención empezaría incluso desde los seminarios. La norma plantea afinar el filtro de los aspirantes a sacerdotes, con el fin de determinar si estos realmente cuentan con la vocación y el compromiso necesarios que garanticen su buen comportamiento. Si en este proceso –que incluiría estudios psicológicos– se detecta que el seminarista “no posee la virtud o el convencimiento de poder cumplir con las normas de castidad o celibato”, podría ser expulsado. Por último, la nueva norma también podría incluir un capítulo dedicado a la reparación de las víctimas.

En agosto, los obispos deberán haber llegado a un acuerdo sobre el contenido del decreto, que será enviado al Vaticano para que reciba la bendición papal. Después de esto, comenzará a ser aplicado en todas las parroquias del país.

Cambio de rumbo

El documento que prepara la Iglesia busca poner al clero colombiano a la vanguardia mundial en este tipo de legislaciones. Autoridades católicas de EE. UU. y algunos países de Europa han adoptado leyes de este tipo en los últimos años, como consecuencia de los escándalos
por pederastia.

En Colombia ha habido 5 condenas

Cinco sacerdotes colombianos han sido condenados por abusos sexuales contra menores de edad en los últimos años y la Fiscalía tiene actualmente una decena de casos en investigación. Hasta ahora, la sentencia más alta impuesta por la justicia contra un cura ha sido la de William de Jesús Mazo Pérez, expárroco de una iglesia de Cali, quien fue condenado a principios del año pasado a 33 años de prisión por haber abusado sexualmente de tres hermanos de 10, 11 y 12 años de edad en el 2009. Anteriormente, el expárroco de Filadelfia (Caldas) Pedro Abelardo Ospina había sido sentenciado a 21 años por violación agravada y lesiones personales en contra de un acólito de apenas 13 años.

 


 
 


 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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